sábado, 23 de junio de 2012

¿Por que irse a un pueblo Gallego?

¿Los pueblos Gallegos son para dejarlos, no? ¿No?

Ha sido la fuerza del mercado que obligó esta tendencia, os aseguro que no fue un delirio espontaneo y colectivo que miles y miles decidieron embarcar en una fuga masiva de su tierra natal. En el caso de mis padres, la fuerza del mercado laboral les condujo a Nueva York, capital del capitalismo, decidiendo que mi madre embarazada iba a dar luz en los Estados Unidos y así darme mejor futuro. Sin entrar en los detalles de mi vida, se equivocaron y nunca me he sentido a gusto en EEUU.

Con casi treinta años se me ha ocurrido volver a España al pueblo de mi padre.

¿Pero como podría irme a vivir a un lugar donde el nivel de paro era tan alta, sobretodo para la gente de mi edad? Bueno, como veréis de muy a menudo en este blog, me importa un bledo el coñazo del mercado laboral. Ni siquiera me interesa tener trabajo. Un ambiente de estar vigilado y controlado durante la mitad del tiempo libre, esta claro que las dictaduras ya no existen (sarcasmo). Encima cuando se llega a entender que el saldo no es el precio justo de un trabajo, sino que los dueños, patrones y encargados viven de nuestra cuenta, sacan beneficio de nuestro labor. Nuestro labor crea un plusvalía con cual se quedan los cabrones de nuestra sociedad.

Al ser rabioso anticapitalista de una tradición libertaria y anti-autoritaria he querido liberarme y a otros de las fuerzas del mercado y estado. Tendre que trastornar al mercado laboral e ir de una ciudad con trabajo a un pueblo donde no hay ninguna. Vivir en un pueblo sin trabajo plantea un dilema que me gustaría hacer falsa. Como el mercado capitalista ha desplegado sus tentáculos a traves del siglo XX por todos los sectores de la vida, la vida se hace imposible sin el dinero, obligándole a todos a necesitar dinero para todo. El dilema es o tener la dificultad de ganar dinero sin un empleo (que para la mayoría es caer en la miseria) o un estilo de vida campesina donde se puede proveer lo basico necesaria para la vida para uno mismo. Para mi este dilema es falsa, creo que se podría crear una vida sofisticada sin el dinero como fuerza principal de organizar el reparto de recursos. Sin embargo no entraré en esta especulativa y complicada tema en esta entrada.

El campo, la aldea. Mis abuelos nos dejaron una casa y bastante terreno. Nunca me llamó la atención esa casa, lo menospreciaba. No entraba en mi consciencia que valía para algo, desde Nueva York, parecía otro mundo. Cada vez que visitaba a Galicia de pequeño queria escaparme a las ciudades, para estar con primos en Vigo o en Marín. La vida en la aldea me parecía aburrida y no estaba equivocado. Tenia razón porque no tenía compañeros y sin compañeros la vida no es muy interesante, sobretodo para un joven que no sabe entretenerse. Los que estaban eran tias o mi madre; muy estrictas y conservadoras que limitaban seriamente lo que podía hacer. Tenía a gente por encima de mi en vez de al lado de mi. Estar rodeado de gente severa mantuvo el imagen de una vida campesina de rutina dura y sacrificio.

Ahora puede parecer que estoy a punto de explicar que como adulto he cambiado de ideas, que me apetece una vida simple. Pues no. No pienso en una vida de campesino, por lo menos en el sentido tradicional; la explicación lo dejare para otro dia.

Han ocurrido dos cosas que me han conducido a quedarme con el exilio. Uno, no creo que pueda trabajar ni en una empresa, ni por un estado, ni una ONG o organización de gobernanza global y ser feliz. Tengo Masters en Relaciones Internacionales y no vale para nada, primero por que no me ayuda conseguir trabajo, y segundo por que no hacían mas que enseñar fantasias reformistas. Al quedarme insatisfecho con el curriculúm, tuve que educarme por mi cuenta. Entonces resulta que he mentido un poco, el mercado laboral a influido mi deseo de exiliarme de este imperio, pero por asco a pasar todo mi tiempo mendicando con mi CV en mano a gente inferior a mi en inteligencia y ética. No quiero ayudarles, darles mi inteligencia y esfuerzo ni si me encargasen. No intento ser arrogante pero cuando veo a la gente que esta en poder y a cargo, me entra pena seria las cosas que se creen.

El segundo empuje fuerte que tuve tiene que ver con la deuda. ¿Habéis visto en las noticias reportajes sobre los estudiantes Americanos con miles y miles de deuda de estudiante? ¡Soy uno de esos! No pienso en pasarme la vida haciendo sacrificios para el gobierno y los bancos y no creo que haya necesidad de explicarlo mas.

Ahora un punto de vista materialista diria que el dinero y el mercado laboral me han convencido de irme y que entonces mi cerebro me ha convencido de que no puedo ser feliz aqui. Al contrario, un punto de vista idealista, que ve a la mente humana moviendo a los hilos históricos, podría decir que soy infeliz aqui y que la deuda y disgusto con el trabajo me han dado una razón practica por irme. Yo no me apunto a ninguno de los dos, sino una mezcla que sigue mas el tramo de como funciona el cerebro.

¿Entonces que pienso hacer? Permacultura y una fe en las posibilidades de una comunidad muy idealistas. Con la permacultura, a través de la observación y contemplación prolongada de mi entorno, el entendimiento profundo de la ecología y gracias a la información libre creo que se podría vivir en la aldea de una forma de vida mas realizador y seguro que el de mis padres y abuelos. Mi idealismo es de una fe en la potencial del hombre en poder convivir sin mercados ni un estado, en relaciones no mediados por las leyes o el dinero. Quiero compañeros a lado. Soy anarquista, no creo en la propiedad privada de tierra, me gustaría que venga gente interesado y no quiero que me den ningún privilegio por haber heredado la casa y terreno, son regalos de la naturaleza y de antepasados y no los considero mios de forma exclusiva.  

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